Las industrias no producen

La utilización de la capacidad instalada en la industria nacional se ubicó en el 54,6 por ciento en enero pasado, bien por debajo de la marca del 62 por ciento del mismo mes del 2023. Esto se debe al cuadro de fuerte recesión económica, que se manifiesta en caída del consumo, el cierre de locales y los parates de planta, vacaciones forzosas e incluso despido de personal. La situación es tan delicada que incluso la propia Unión Industrial Argentina (UIA), que por sintonía política hasta acá aplaudía a Milei, ahora salió a advertir sobre los efectos de la política económica sobre la manufactura.

Los bloques sectoriales que presentaron en enero niveles de utilización de la capacidad instalada superiores al nivel general fueron refinación del petróleo (83,5 por ciento), industrias metálicas básicas (76,3), papel y cartón (69,8), productos alimenticios y bebidas (57,7), sustancias y productos químicos (57,1) y productos minerales no metálicos (57 por ciento). En cambio, los bloques sectoriales que se ubican debajo del nivel general son edición e impresión (53,9 por ciento), productos del tabaco (50,5), productos de caucho y plástico (43,5), productos textiles (36,7), metalmecánica excepto automotores (33,4) e industria automotriz (25,7 por ciento).

Más allá de las particularidades de cada rubro y cierta estacionalidad que puede verificarse en enero, la baja en la utilización de la capacidad instalada tiene su correlato directo en una caída masiva de la producción en todo el abanico industrial, desde bienes intermedios y bienes de capital, que consume la propia industria a la hora de realizar inversiones, hasta materiales de la construcción y bienes de consumo masivos. El riesgo es que a medida que la economía siga en recesión, la crisis de producción se transforme, más temprano que tarde, en una crisis de empleo.

Menos producción
En el caso del sector químico, uno de los más afectados, la fuerte caída se explica por la menor elaboración de materias primas plásticas y productos químicos básicos. Asimismo, en enero la actividad del polo petroquímico de Bahía Blanca continuó limitada por los efectos del temporal que sufrió dicha localidad el 16 de diciembre de 2023, que causó el corte en la provisión de energía eléctrica y la paralización de las actividades en las plantas.

En el caso de la industria metalmecánica excepto automotores, otro de los rubros que muestra una notable caída en el uso de la capacidad instalada, esto es consecuencia principalmente de la menor fabricación de maquinaria agropecuaria y de aparatos de uso doméstico.

En el rubro de las industrias metálicas básicas, la baja en el uso de la capacidad instalada se explica por la producción de acero crudo, al tiempo que la merma en la industria alimentaria se vincula a la menor elaboración de bebidas, como por ejemplo gaseosas, aguas, sodas, cervezas, jugos para diluir, sidras y bebidas espirituosas, que registra en enero una baja interanual de producción del 12,1 por ciento. También se destaca la caída de la producción de lácteos, del orden del 12,6 por ciento en el período bajo análisis.

La baja de la utilización de la capacidad instalada en la industria del caucho y plástico, en tanto, se relaciona a los menores niveles de fabricación de manufacturas de plástico y de neumáticos, mientras que en los productos minerales no metálicos, la situación se explica por los reducidos niveles de producción de cemento, vidrio, ladrillos huecos y mosaicos graníticos y calcáreos.

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